Qué ver en El Ejido
Si te animas a descubrir El Ejido, te vas a encontrar con un lugar que no se queda en una sola cosa, sino que mezcla su alma agrícola con naturaleza en estado puro y un toque de ocio junto al mar que no vas a olvidar. La zona está impregnada de ese aire fresco que traen los invernaderos, esos gran protagonistas que pintan de verde el paisaje y donde aprenderás muchísimo si te animas a visitarlos. Además, la naturaleza aquí no se limita a lo agrícola, porque los espacios naturales y jardines botánicos te esperan para que los recorras con calma y te empapes de calma y colores. Y para cerrar el círculo, si te gusta el mar, el puerto y sus paseos serán tu guiño para pasar un rato disfrutando de la brisa y la cultura local. Así que prepárate, porque El Ejido te propone una escapada donde no falta de nada.
Clisol Turismo Agrícola
Recorrer los invernaderos con Clisol no es solo ver plantas; es zambullirse en un mundo donde la agricultura cobra vida con pasión y dedicación. Durante el paseo, te explicaré paso a paso cómo se cuidan esos cultivos que luego llegan a tu mesa, desde la siembra hasta la cosecha, sin que te pierdas detalle de los trucos que usan para que todo crezca perfecto. La experiencia se completa con una degustación donde probarás frutas y verduras que parecen hechas para ser las estrellas de cualquier plato. Muchas personas me han contado que se quedaron boquiabiertas al ver la inmensidad de los invernaderos y entender el trabajo que hay detrás de cada kilo de producto. Un consejo que siempre doy, si vas en temporada cálida, no olvides llevar agua y gorra porque el sol puede apretar bastante, aunque la visita merece mucho la pena para quien tenga curiosidad por cómo se hace agricultura hoy en día.
Jardín Botánico La Almunya del Sur
Este jardín botánico se siente como un remanso de paz donde las plantas y los árboles parecen chismorrear sus secretos. No es cualquier jardín; aquí encontrarás una mezcla rica en biodiversidad que demuestra cómo conviven especies de distintos rincones. Lo que me resulta especial es cómo el equipo que cuida la Almunya del Sur realmente toca el corazón del lugar con su trabajo diario, asegurándose de que cada planta reciba el mimo correcto. El ambiente invita a hacer pausas, a disfrutar de la fragancia del aire y escuchar el canto de los pájaros, algo que te reconectará con lo sencillo y natural. Y no creas que sólo es bonito; la experiencia sensorial que vivirás te hará valorar más cada hoja y cada flor. El personal es cercano y siempre dispuesto a compartir anécdotas o responder preguntas, lo que añade un plus de calidez a la visita.
Puerto Almerimar
Puerto Almerimar no es solo un sitio bonito para pasear; es un lugar con historia y mucho carácter que recoge la esencia de quienes aman el mar y otra forma de vida. Al caminar por sus amarres, te toparás con una mezcla de barquitos, veleros y una atmósfera relajada que es perfecta para desconectar. Aquí, las actividades recreativas abundan: desde paseos en barco hasta pesca o simplemente sentarte a ver cómo se va poniendo el sol. La gastronomía que rodea el puerto también es para contarla: bares y restaurantes con sabor local donde podrás probar desde pescados frescos hasta tapas que te harán volver por más. Te diré un secreto, los locales suelen recomendarlos como el epicentro de la vida social, así que no te pierdas la oportunidad de mezclarse con el ambiente y dejar que el lugar te cale un poco más.
Parque Ornitológico Balsa del Sapo
Si te va la idea de naturaleza y te interesa la conservación, el Parque Ornitológico Balsa del Sapo es parada obligatoria. Este espacio tiene un valor medioambiental que no se puede pasar por alto, pues acoge a muchas especies de aves que habitan la zona. Caminar por sus senderos te permitirá verlas en su ambiente natural y entender por qué la biodiversidad es tan importante para el equilibrio del ecosistema. En el parque organizan actividades educativas que te abrirán una ventana para conocer cómo se cuida todo esto y qué hacemos (o deberíamos hacer) para protegerlo. He visto a visitantes que, al terminar la visita, se sienten más concienciados y hasta con ganas de colaborar. Mi recomendación es llevar unos binoculares y calzado cómodo para aprovechar al máximo la experiencia y dejar que esos momentos con las aves te lleven lejos del ruido cotidiano.
Cultura y Patrimonio Local
El Ejido guarda mucho más que naturaleza y huertas; aquí vas a encontrar monumentos antiguos, fiestas que hacen vibrar a la gente y tradiciones que, aunque el tiempo pase, se mantienen vivas con entusiasmo. Descubrir estas joyas culturales es adentrarte en el corazón de su gente y en una historia que se nota en cada rincón. Puedes pasear por plazas públicas donde el arte y la arquitectura cuentan historias de otro tiempo, o participar en alguna festividad local, porque esas celebraciones tienen un no sé qué que te hará sentir parte del pueblo aunque solo estés de paso. Si te gusta el folclore, sin duda, te recomiendo fijarte en esos detalles que suelen pasar desapercibidos si vas con prisas: las vestimentas, la música, y esas expresiones que te arrancan una sonrisa. El patrimonio aquí no decepciona ni un poco, es más, seguro te dejará con ganas de volver a escuchar más relatos y descubrir nuevas caras de El Ejido.
Actividades al aire libre
¿Planes para moverte y disfrutar del aire libre? El Ejido te lo pone fácil porque hay opciones para todos los gustos y niveles. Si lo tuyo es el senderismo, las rutas que rodean la zona o conectan con playas cercanas ofrecen paisajes que te dejarán sin aliento —y no sólo por el esfuerzo—. Para los que prefieren algo más tranquilo, las playas limpias y accesibles tienen rincones donde tumbarse a escuchar el mar o a darte un chapuzón cuando el calor aprieta. También hay deportes al aire libre que le dan vidilla a la escapada, desde kite surf hasta paseos en bici por caminos que cruzan el campo o la costa. Personalmente, suelo recomendar llevar ropa cómoda y algo para protegerse del sol, porque con tanto por descubrir, vas a querer estar a la altura para reventarla con cada actividad.
Gastronomía en El Ejido
Olvídate de comer sólo para llenar el estómago, aquí la comida es fiesta y se siente en cada plato. El Ejido tiene una carta tradicional que mezcla sabores de la tierra con la frescura que trae el mar. Los platos típicos que más escucho mencionar son la fritura de pescado, el gazpacho y las migas, pero también te llevas sorpresas entre sus mercados locales, donde frutas y verduras recién cogidas te tientan para llevarlas a casa. Y para no perderse, los restaurantes del centro y alrededores traen recetas clásicas con un toque moderno que ha convencido a más de uno (yo incluido). Me encanta cuando la gente vuelve y cuenta que aquí se come bien de verdad, sin rollos ni complicaciones, y eso se nota en la sonrisa con la que terminan cada comida. No dudes en probar y repetir, que la gastronomía local tiene mucho que ofrecer.
Consejos para visitar El Ejido
Para que tu visita a El Ejido sea de diez, no está de más tener algunas ideas en mente. La mejor época para venir suele ser en primavera o principio de otoño, cuando el clima es suave y el sol no abrasa tanto. Si planeas moverte por allí, alquilar un coche te dará la libertad que necesitas para llegar a cada rincón sin complicaciones, aunque para trayectos cortos el transporte público también puede servir. En cuanto al alojamiento, la zona ofrece desde hoteles cómodos a apartamentos ideales si prefieres sentirte como en casa. Algo que siempre recomiendo es llevar protección solar y calzado cómodo porque vas a caminar bastante y el sol puede pegar fuerte. Por último, un poco de sentido común para la seguridad básica —como en cualquier sitio— y estar abierto a la experiencia, que eso hará la diferencia.